Siempre recordamos aquellos encuentros que por fugaces que sean tienen el poder de cambiar nuestra visión sobre nosotros mismos, sobre las experiencias con las que nos enfrentamos en la vida. Son guiños, sincronicidades que aparecen de pronto y que a veces dejamos pasar, como si no quisiéramos dejarnos llevar por la intuición, empeñados en pasar por la mente verdades que solo el alma comprende. La mayoría de las veces porque son casi imposibles de explicar y rompen nuestros esquemas habituales que tanto nos ha costado edificar y defender.
Así me ocurrió cuando me «encontré» con la Numerología. Simplemente apareció en una cena en casa de unos amigos dónde una noche de verano me presentaron a una Numeróloga. Debo reconocer que no sabía nada sobre el tema pero mientras charlábamos sobre lo que hacíamos y tomábamos café, le pedí que me hiciera por curiosidad un cálculo de lo principal, y me sorprendió lo me dijo; no acertaba a comprender cómo era posible que la interpretación de unos simples cálculos diera tanto en la diana.
Nada de lo que me dijo me resultó extraño, pero ¿Cómo podía saber ciertas cosas íntimas? Me encontré con verdades como si fuera yo misma «contando lo que yo sólo se», pero era ella la que hablaba. ¿Cómo era posible? Recuerdo que los números entonces no me parecieron números sino energías de colores y formas. En aquella situación me sentí cómoda pero rara, sólo escuchaba y miraba «mis números» como si no pudiera dar crédito a lo que estaba ocurriendo.
Decidí conocer más y profundizar en la Numerología, para comprobar si aquel encuentro había sido sólo un espejismo y si toda aquella información era fruto de la psicología de aquella persona o mera casualidad, aunque en el fondo sabía que no era ni una cosa ni otra. Hice un curso y comencé a devorar distintos libros para saber más y tener distintas perspectivas.
Lo primero que me dio ánimo y reforzó mi curiosidad fue saber sus antiquísimos orígenes con Pitágoras y su importancia en las antiguas enseñanzas del judaísmo con la intepretación de la cábala y el árbol de la vida; estaba ante una ciencia antiquísima presente durante siglos en la búsqueda del conocimiento, de la trascendencia, del destino, y reflejada en el arte, en las enseñanzas, en la arquitectura, en la vida..
Pronto empecé a elaborar mi propio cóctel numerológico añadiendo elementos de distintos libros y autores y comencé a hacer los primeros estudios; primero con amigos y familiares, con los que pude tener mis primeras experiencias contrastadas, buscando un feedback de resultados más allá de mi estudio y… seguía sorprendiéndome la exactitud de los resultados y las reacciones, parecidas a las que yo había sentido.
Tanta información me llevó a sintetizar y relacionar todo lo que me parecía más importante en la interpretación para realizar estudios personalizados con un diseño cargado de simbología y tradición que acercara de una manera diferente pero muy clara este asombroso mundo a quien quisiera saber algo más. Comprendí que tenía que expandir las energías empleadas durante años para otras personas desconocidas que se encontraran con su descubrimiento, tal y cómo me había sucedido a mí hacía años. Desde entonces no he dejado de introducir elementos. Atraída desde siempre por la simbología y sus significados, ocultos y evidentes, comencé a interesarme y adentrarme en el Mundo arquetípico y psicológico del Tarot gracias a Jung, Camoin, Jodorowsky y Hajo Banzhaf. Descubrí en cada carta del Tarot su profundo significado y conexión con las energías numerológicas. Sus imágenes ayudan a comprender. Y las añadí al cóctel. Los Arcanos forman parte de mis Estudios de forma muy activa.
Pero no sólo me interesaba la Numerología. Tenía otra gran curiosidad pendiente de profundizar y comprender: la Astrología, que había dejado aparcada por su «complejidad», sobre todo en el cálculo de las posiciones. Poco a poco fui haciéndome con una amplia biblioteca de libros, sobre todo de Astrología Kármica. Había llegado ese momento, puedo decir que me ayudó a retomarla mi experiencia y comprensión de la Numerología, pudiendo entender y avanzar de forma fluida y rápida, lo que años antes no había conseguido hacer.
Para el cálculo utilizo el programa Astroworld que da el resultado de posiciones y aspectos con total exactitud, algo que me preocupaba a la hora de realizarlas, evitando cualquier error y centrándome así en la parte que realmente me gusta de la interpretación de esos resultados. Y así es cómo comencé a realizar también Cartas Astrales en la misma línea.
Te invito a que leas más sobre los Estudios Numerológicos y las Cartas Astrales que realizo. Soy consciente de que no invento nada, mis interpretaciones son una mezcla de muchos autores y resultado de muchísimas horas de lectura, pero creo que aporto una forma diferente de presentarlas. Aporto mi propia experiencia y energía, realizando un «all included» desde los diseños y símbolos originales hasta las explicaciones generales que acompañan a la información de los resultados, para que sean libros personales y únicos. Yo misma imprimo y encuaderno artesanalmente cada Estudio y cada Carta.
Los Estudios Numerológicos y las Cartas Astrales no tienen caducidad, son verdaderos mapas potenciales personales que siempre te acompañarán, siempre tendrás algo que releer. Porque tu perspectiva cambia con la edad, las experiencias, los encuentros. A veces lo que a los 30 años no comprendemos o nos choca, puede que más adelante lo sientas con total claridad. Y siempre, tal y cómo yo los tengo, tendrás tu Estudio o tu Carta en tu mesilla para recordártelo. Esa es mi mayor satisfacción.
Rosa Morales