La energía de los números se alterna cómo las olas, se trata de la misma energía que va cambiando siguiendo la propia evolución del Yin y el Yang. Sus energías son complementarias y se corresponden con los cuatro elementos: Fuego, Aire, Agua y Tierra.
Los 9 números básicos se dividen en dos grupos:
Se ubican en el exterior, se encuentran en la cima de la montaña, expuestos al viento (Aire) y al sol (Fuego). Más atacados por la erosión; se gastan más rápido. Distribuyen las semillas. Les gusta ser vistos, en primera fila, para combatir, seducir y fecundar. Su energía la gastan de forma inmediata, sin saber dosificarla. Son activos, independientes, preocupados por sí mismos. Su modo de funcionar es el más analítico, racional con una tendencia agresiva y competitiva. Privilegian el funcionamiento mental, pues su energía se concentra más en la cabeza.
Situados en el fondo de los valles, más expuestos a la influencia del agua y la tierra. Se deterioran más interiormente por las infiltraciones y los derrumbes. Su naturaleza es quedarse en la sombra, resistir de un modo pasivo, protegerse y proteger lo que les fue confiado. Son los números que acogen las semillas y les permiten germinar y transformarse. Saben manejar sus energías y hacer uso de ellas con sabiduría y paciencia. Parecen estáticos, pero detrás de esa apariencia existe una movilidad interior muy sutil. Orientados hacia los demás, algunas veces parecen dependientes del resto y no atienden sus deseos personales. Privilegian la sensibilidad, las impresiones y las emociones profundas. Gran sentido de la responsabilidad familiar y social, más que de su lucimiento personal.